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La inteligencia artificial (IA) está cambiando la forma en que se desarrollan los juicios, facilitando la revisión de pruebas y mejorando la capacidad de los abogados penalistas tanto para anticipar los movimientos de la contraparte como para combatirla. Aunque la IA no reemplaza a los abogados, su aplicación en los tribunales ya está marcando la diferencia y promete transformar la práctica del derecho penal y eso empezará en las grandes ciudades de España como Madrid, Barcelona, Valencia, Sevilla, Málaga o Bilbao.

 

La inteligencia artificial se está convirtiendo…, no, es ya una herramienta indispensable para mejorar la eficiencia y efectividad en los juicios penales. En Madrid, los despachos más grandes ya han hecho sus inversiones en este campo y todos los demás que apuesten por la innovación y la tecnología tendrán una ventaja competitiva clara, no solo en la optimización de sus procesos, sino también en la calidad del servicio que ofrecen a sus clientes. El futuro ya está aquí, y ahora, hoy, es el mejor momento para empezar a adaptarse a estos cambios que, tal vez, por fin, puedan garantizar un sistema de justicia más ágil y eficiente.

 

Si pensamos en cómo la IA puede afectar al proceso penal, pensemos en el caso del banco [HSBC] (https://www.hsbc.com/news-and-views/views/hsbc-views/harnessing-the-power-of-ai-to-fight-financial-crime), que ha utilizado IA para optimizar la detección de fraudes en tiempo real. Gracias a la colaboración con Google, HSBC ha logrado reducir los falsos positivos de fraude en un 60%, mejorando la eficiencia de sus procesos de cumplimiento normativo. Este tipo de tecnología permite un análisis más profundo y preciso de las pruebas, así como su aseguramiento y utilización procesal.

 

En el ámbito penal tenemos que ser conscientes de que si las empresas emplean IA para la prevención de riesgos delictivos (bendito/odiado compliance), sólo con expertos en IA trabajando junto al abogado, o haciendo uso de otras tecnologías similares, se podrán combatir de manera efectiva las pruebas incriminatorias generadas por esos softwares de uso interno en cada empresa. Por tanto, es fundamental que los abogados, jueces y fiscales estén formados en este campo para afrontar estos nuevos desafíos.

Otro ejemplo claro es el del impacto de la IA en la revisión de pruebas digitales. Un sistema de IA podría, por ejemplo, analizar grandes volúmenes de comunicaciones electrónicas para identificar patrones de comportamiento sospechoso. Esto afectaría directamente el trabajo de esos mismos abogados, jueces y fiscales, quienes deberán comprender y cuestionar cómo la IA llega a sus conclusiones, planteándose desde cuáles son los sesgos implícitos en sus algoritmos de programación, hasta tener que revisar al detalle cada expresión usada en una transcripción automática, asegurando así que los derechos de los acusados no se vean comprometidos.

 

Los beneficios para los abogados del uso de la IA en los juicios penales son evidentes: permite a los abogados penalistas acceder a datos críticos en tiempo real, optimizando la toma de decisiones y la presentación de pruebas durante los juicios de varias sesiones. Los despachos que adopten estas tecnologías estarán mejor preparados para los desafíos del futuro, ya que la capacidad de procesar y analizar información contribuye a una defensa más efectiva y bien fundamentada y nosotros lo venimos notando con cada paso que damos hacia la mejor digitalización de nuestro día a día como despacho.

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